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¿Los animales nos hacen más felices?
¿Los animales nos hacen más felices?
Marcos Díaz Videla. Profesor y doctor en Psicología (MN: 40.229)

La mayor parte de nosotros estamos convencidos de que nuestros perros y gatos nos llenan de amor y felicidad. Nos sentimos apreciados por sus demostraciones afectivas, inspirados por su amor incondicional y nos reímos con sus travesuras alegres. Ahora bien, la cuestión de si efectivamente nos hacen más felices resultó ser para la ciencia un poco más polémica. ¡Veámoslo!

Diversos estudios han mostrado que los animales de compañía proveen proximidad, promueven sentimientos positivos como la alegría, el bienestar y la seguridad. Además, hacen que la gente se sienta menos sola y propician oportunidades para desplegar cuidados y compromiso.[1] Así, algunos tutores de animales indican que estos los han motivo a tener una mejor calidad de vida e incluso, a levantarse en las mañanas, aún ante la presencia de dolencias, enfermedades o trastornos del estado de ánimo.[2]

Pero, además, quienes tenemos animales apreciamos sus interacciones simples y alegres, con voluntad para transformar cualquier situación en un juego o aventura divertida. Así también viralizamos videos de perros y gatos cometiendo torpezas, mostrando su inocencia y provocando carcajadas.

Sin embargo, la evaluación de la felicidad en los tutores de animales mostró resultados contraintuitivos. O sea, los tutores estamos seguros de que tener perros y gatos nos hace más felices, pero para la ciencia no es tan así. Por ejemplo, estudios que hicieron comparaciones entre tutores y no tutores de animales, mostraron que los del primer grupo tenían menos depresión, menos soledad, mayor satisfacción con la vida, menos estrés... pero no diferían en su nivel de felicidad con los del segundo grupo. [3, 4] ¿Cómo es posible?

En principio, debemos considerar que existen múltiples formas de tenencia de animales de compañía. No todas las personas que conviven con animales desarrollan vínculos con ellos. De modo que, al igual que sucede con muchas relaciones humanas, tenerlos no nos dice mucho de la calidad relacional. Como solemos señalar, tenencia no es lo mismo que vínculo, y para que una relación sea beneficiosa debe ser sana y positiva.

Luego, según un estudio reciente [5], los animales sí nos hacen más felices, pero de manera indirecta. O sea, al intentar dilucidar la cuestión de la felicidad, un equipo de investigación de México evaluó distintos aspectos de la relación entre tutores y sus animales. Y observó que el vínculo entre ambos tenía un efecto claro en la disminución de los niveles de estrés del tutor y que esto era lo que indirectamente hacía a los humanos más felices. Así, establecieron el modelo explicativo: calidad de interacciones -> menor estrés -> mayor felicidad

Todo lo anterior nos permite extraer dos reflexiones importantes:

1- El efecto positivo de tener animales depende de la consistencia y calidad de las interacciones con estos.

2- Los vínculos positivos con animales de compañía sí nos aportan bienestar, pero no son el remedio para arreglar todos los problemas humanos.

De modo que, si bien para muchos de nosotros la fórmula de la felicidad incluye el amor infinito de un compañero de cuatro patas, no podemos recomendarle a cualquier persona adoptar un animal. Solo deberíamos hacerlo con aquellas personas con las que podamos prever que se establecerá un vínculo sano para ambos y teniendo expectativas realistas sobre lo que estos vínculos pueden ofrecer.

En resumen, los vínculos de calidad con perros y gatos nos ayudan a disminuir el estrés, y eso, a su vez, nos hace humanos un poquito más felices. No podemos esperar felicidad al adoptar un animal, pero sí la simpleza de sus interacciones alegres, libradas de los conflictos de la cultura humana, que hacen que relativicemos un poco todas las presiones y exigencias que tenemos. Así nos estresamos menos, aprendiendo a valorar y disfrutar del presente junto a nuestros maestros peludos.

 

Referencias

[1] Sable, P. (2013). The pet connection: An attachment perspective. Clinical Social Work Journal, 41(1), 93-99.

[2] Meléndez-Samó, L. (2014). El vínculo humano-animal y sus implicaciones para la psicología en Puerto Rico. Revista Puertorriqueña de Psicología, 25(2), 160-182.

[3] Bao, K.J. & Schreer, G. (2016). Pets and Happiness: Examining the Association between Pet Ownership and Wellbeing, Anthrozoös, 29(2), 283-296.

[4] González-Ramírez, M.T., & Landero Hernández, R. (2014). Benefits of Dog Ownership: Comparative Study of Equivalent Samples. Journal of Veterinary Behavior: Clinical Applications and Research, 9(6), 311–315.

[5] González-Ramírez et al. (2018). The effects of dog-owner relationship on perceived stress and happiness. Hum. Anim. Interact. Bull, 6, 44-57.