Dormir con animales, ciertamente, no es una práctica nueva, pero en los últimos años parece haberse incrementado. Además, en la actualidad ha cobrado mayor visibilidad, tiende a ser reconocida públicamente y hasta cuenta con apoyo de la comunidad científica. ¿Cómo es esto?
Se cree que las personas dormimos durante 25 años de nuestras vidas. Esto cumple diversas funciones, como ayudarnos a procesar la memoria, mantener nuestro sistema inmune y regular el metabolismo. De modo que dormir bien es fundamental.
En ocasiones, los padres duermen cerca de sus hijos pequeños. Esto se denomina colecho. Si bien no están despiertos, continúan intercambiando estímulos sensoriales, por ejemplo, a partir del tacto, el olfato o el sonido. Algo similar sucede con quienes compartimos la cama con nuestros animales de compañía, lo cual recibe el nombre de colecho con mascotas.
Hoy se cree que la mitad de los propietarios de perros y gatos compartimos la cama o el dormitorio con ellos. En principio porque disfrutamos su proximidad e integrarlos en nuestras vidas. Pero, además, porque creemos que nos ayuda a descansar mejor.
Se estima que el colecho con mascotas proviene de tiempos inmemoriales. Pensemos que para humanos primitivos dormir con un perro podía servirles como alarma frente a peligros, seguridad y también calor en las noches frías. Hoy los estudios muestran que quienes dormimos con nuestros animales indicamos consistentemente que esto nos proporciona sentimientos de seguridad y relajación, lo cual nos ayuda a dormir mejor. [1]
Este efecto de calma no depende del tamaño del animal o de si efectivamente nos pudiera proteger, sino que funciona a nivel inconsciente: haber convivido miles y miles de años con animales hizo que sin darnos cuenta observemos sus reacciones para evaluar si hay peligros. Si los animales, que tienen sentidos más agudos que nosotros, están tranquilos, nuestro cerebro entiende que no hay peligro y se relaja más. En este sentido es beneficioso dormir con los animales.
Claro que hay algunas contraindicaciones a considerar:
(1) Animales que se adueñan de la cama y se ponen posesivos sobre esta.
(2) Personas que tienen alergias o asma.
(3) Cuando no podamos recambiar las sábanas con frecuencia ni garantizar la higiene de los animales.
Ahora bien, muchas personas también indican que sus perros se mueven durante la noche, patean, empujan, roncan o tienen otras conductas que los despiertan. De modo que los científicos que estudian el sueño no se conformaron con las respuestas de las personas y realizaron estudios más objetivos, con sensores de movimiento (actigrafía).[2,3] Encontraron que, aunque estas personas indicaban mayor relajación y seguridad, se movían más cuando compartían la cama con sus canes que cuando dormían solas. Sin embargo, cuando compartían la habitación, pero no la cama, tenían los mismos sentimientos de seguridad y relajación, moviéndose mucho menos.
Así, considerando las contraindicaciones, los estudios nos indican que el colecho con mascotas nos ayuda a descansar mejor, sobre todo, cuando compartimos dormitorio, pero no la cama con nuestros consentidos animales.
@marcosdiazvidela
Prof. Dr. en Psicología
Papá de Dalma y Gianinna
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Referencias
[1] Krahn, L. E., Tovar, M. D., & Miller, B. (2015). Are Pets in the Bedroom a Problem?. Mayo Clinic Proceedings, 12(90), 1663-1665.
[2] Hoffman, C. L., Stutz, K., & Vasilopoulos, T. (2018). An Examination of Adult Women’s Sleep Quality and Sleep Routines in Relation to Pet Ownership and Bedsharing. Anthrozoös, 31(6), 711-725.
[3] Patel, S. I., Miller, B. W., Kosiorek, H. E., Parish, J. M., Lyng, P. J., & Krahn, L. E. (2017). The effect of dogs on human sleep in the home sleep environment. Mayo Clinic Proceedings, 92(9), 1368-1372.