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Adoptar: la integración comienza antes de la llegada del animal
Adoptar: la integración comienza antes de la llegada del animal
Marcos Díaz Videla. Profesor y doctor en Psicología (MN: 40.229)

ADOPCIÓN, LLEGADA DE UN ANIMAL

 

Idealmente, a partir de una decisión planificada y consensuada en familia llegamos al momento de la adopción de un animal de compañía. La espera a veces se hace interminable, pero no hay tiempo que perder. Debemos aprovecharlo para preparar la llegada del animal. ¿Qué hacer?

En principio, debemos mentalizarnos de que esta incorporación requerirá un proceso y transformará nuestro hogar. Es decir, el animal aprenderá reglas de la casa —lo cual necesita tiempo y paciencia— pero, además, tendremos que ser flexibles para hacer algunos cambios en estas reglas, en las rutinas y en los espacios de acuerdo con las necesidades que vaya manifestando el animal.

Claro que ahora se incorporarán tareas domésticas nuevas. Es conveniente que hayamos confeccionado un listado realista de estas y organicemos cómo se distribuirán entre los miembros del hogar. Para esto, quienes no tengan animales pueden buscar asesoramiento de quienes sí los tienen o de profesionales.

Obviamente, también debemos proveernos de alimento, comederos y una cama, acordes a las necesidades del perro o gato, y establecer cuáles serán sus espacios de alimentación, descanso y de hacer sus necesidades.

Ahora bien, si hay niños en el hogar, debemos enseñarles algunas reglas básicas para interactuar con los animales, previo a su llegada. A estos no se los puede asustar, apretujar, ni gritarles. Además, si se tratara de un cachorro, los niños pequeños no deben alzarlo. Otra regla es que los niños menores de 7 años solo pueden interactuar con el animal bajo supervisión de los adultos, quienes tienen que atender a que el animal no esté dando señales de estar agobiado o asustado. Recordemos que los pequeños están desarrollando la capacidad de empatía, es decir, de poder ponerse en el lugar de otros y sentir lo que sienten, y eso conlleva un largo proceso. Por último, los adultos deben tener especial atención a no cargar a los niños con tareas sobre el cuidado del animal; sus tareas deben ser de lo más simple, para asegurarnos de que las puedan cumplir. Esto fomentará su autoestima; caso contrario, genera desacuerdos y frustración.

La llegada del animal es un momento vivido con mucha alegría y entusiasmo por toda la familia. Entre todos debemos mantener la calma y recordarnos mutuamente que no se debe llamar o tocar al animal cuando come ni cuando descansa.

Cuando un perro o gato llega a casa se recomienda que primero le dejemos oler e inspeccionar por donde quiera para reconocer el lugar donde va a vivir. Luego le enseñaremos cuáles van a ser sus espacios de comida y agua, de descanso y de hacer sus necesidades. Otra recomendación es que durante los primeros días el animal esté todo el tiempo acompañado, pero con pocos juegos y sin excitarlo. Esto ayudará a que nos conozca de a poco y se integre a la familia más fácilmente.

Una idea para tener siempre presente, tanto los niños como los adultos, es que, si le proponemos un juego o actividad y el animal se aleja de nosotros, debemos permitirle apartarse. Eso quiere decir que no quiere y hay que respetarlo.

De modo que la integración del animal al hogar comienza previo a su llegada. De modo que desde el momento de la decisión de adopción ya hay cuestiones que debemos anticipar. Para la incorporación del perro o gato sea exitosa debemos ser conscientes de que el animal necesitará tiempo para aprender normas de conducta, y que nosotros tendremos que adecuarnos a sus necesidades. Algunas reglas generales nos ayudarán inicialmente, pero habrá otras que construiremos juntamente con nuestros animales mientras nos conocemos y estrechamos vínculos en la convivencia.